[.~*JINTAJAFORAS*~.]

marzo 08, 2007

La muerte de Gaia



Me gusta caminar. Siempre lo hago y cuando lo hago me gusta mirar a mi alrededor. Aún recuerdo que cuando era niña y volvía del colegio a la casa, nunca faltaba la presencia de alguna mariposa que a su paso tenía un vuelo lleno de altibajos, tampoco podían faltar en la calle esas flores que les llaman dientes de león; aquellas que siempre evocan esa imagen caricaturesca de soplarlas para que desintegradas sean arrebatadas por el viento en un deleite visual de apenas unos segundos. Cuando veía esas extrañas flores creciendo entre en medio de la calle, siempre pensaba en lo inoportunas que eran al crecer tan desordenadamente entre el pavimento.

Hoy, realizaba la lectura rutinaria del diario tratando de encontar esas noticias que buenas-o-malas me dejan siempre con una idea de como funciona y se descompone este miserable mundo. Finalmente, en la sección de cultura encontré una nota que hacía referencia a los efectos y consecuencias del cambio climático.

Leí un poco más y la noticia era consternante...la nieve desaparecería del planeta.

Inmediatamente me transporte a un video de un grupo islandés...y pensé un poco.

Si me tengo que referir a todas las cosas que me falta vivir, probablemente tenga que aceptar que la nieve únicamente la he visto artificialmente por algún aparato reproductor de realidad. En ese momento consideré seriamente la posibilidad de que la nieve desapareciera antes de que yo pudiera tocarla. Entonces, la nieve sería sólo un recuerdo, la gente la evocaría y contaría a las generaciones que vienen como era, la sensación que expedía, su textura, su olor y sabor, su blancura y su magia. No dudo ni por un momento que alguien inventaría una maquina para hacer nieve, pero nunca nada sería igual.

Aún recuerdo cuando alguien llegaba con esos argumentos ecologistas y moralistas a recordarnos que debíamos cuidar este mundo... y que en el mal de todos, nuestro consuelo era pensar que a ninguno de nosotros nos tocaría la decadencia de un mundo que empieza a morir... y hoy, parece que el mundo está enfermo y que su enfermedad ha sido descuidada al grado de concederle morir libremente...con resignacion y sin cura.

Me pregunto ahora cuantas serán las cosas que habrán de desaparecer y de las cuales aún hemos sido testigos... ahora que lo pienso, escasean las mariposas en mi camino y tampoco es común ver entre las divisiones del concreto algún diente de león... supongo que la naturaleza ha ido muriendo poco a poco y en su lucha se dejó vencer por el concreto.

La tierra que cubierta por una masa gris en su último intento de pedir un poco de aire desenbainaba dientes de león como armas para ganar terreno y recordarnos que aún debajo del concreto estaba ella esperando por nuestra atención.

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