Cuando uno nace como perro callejero
Para los que hoy nos vamos...
En la casa es muy común que tengamos perros callejeros como mascotas y así han desfilado personajes caninos maravillosos.
Uno de mis nanos* preferidos es el Capitán. Capi es un viejo pastor inglés con mucha personalidad, mi tío Ale lo vio en la calle basureando y decidió ofrecerle algo de comer para llevarlo hasta la casa. Y así fue como sucedió, el hambre de perro era tal que siguió a mi tío hasta la casa y cuando ambos llegaron, Capitán obtuvo su bocadillo (que más bien era un anzuelo), mientras mi tío lo agarró y lo metió a la casa.
Lo primero que Capitán descubrió en la casa fue la enorme bolsa de croquetas que guardaba celosamente el alimento de los otros 5 perros, tal circunstancia nos hizo saber que Capi no era un perro del todo callejero, seguramente se había escapado de alguna casa.
Debo aceptar que el perro es el más cariñoso que he tenido…porque es amable y amoroso con todos, casi podría asegurar que es un perro que sabe dar abrazos, como los que damos las personas, levanta sus patitas cual brazos humanos y abraza siempre a sus dueños.
A Capi aún no se le quita esa manía de ver un poco abierta la puerta y querer escapar, en ocasiones ha salido corriendo y siempre va por la calle pero no deja de voltear atrás para saber si alguno de nosotros lo estamos siguiendo. Y ahora ha descubierto la modalidad de sentirse alegre si ve una correa y animado suplica ser él el elegido para dar un paseo de la mano de su querido amo.
Cuando Tío Jaime sale, nunca he visto perro más fiel ahí echado frente a la puerta sin que haya poder humano que lo haga desistir de esperar a que vuelva pronto su dueño.
No sé, supongo que a pesar de que Capi no era un perro del todo callejero y de que le encanta la calle, ahora encontró un lugar donde quiere quedarse… muy a pesar de siempre querer estarse yendo.
Y aún no lo sé, pero para algunos de nosotros, no deja de ser tentador ver que la puerta se abre y querer salir corriendo… y a veces miramos hacia atrás y a veces no.
A veces queremos quedarnos y otras veces en verdad no importa que la puerta se abra o no…seguramente cavaremos un túnel para desaparecer o brincaremos la muralla China. Pues que más da… con tal de escapar y devolverse la ilusión, las sonrisas y los sueños somos capaces de casi cualquier cosa.
Y el problema no es quedarse, el problema es siempre querer irse. Porque hay momentos pasajeros y las necesidades nos hostigan, el tiempo nos apremia y pues nadie vive de ilusiones y sueños… el aire que llena nuestros suspiros no es suficiente para salir del paso.
Y sigo pensando… a mi lo que me gusta es escribir y a veces pienso que es momento de desistir. Pero luego lo pienso un poco más y escribir me hace tan feliz como ser maestra y, siento y sé que eso es lo mío, porque a pesar de todos los trabajos que he tenido… siempre estoy esperando que se abra la puerta para salir corriendo de nuevo a callejerear como el Capi.
Hoy renuncié a mi último empleo. Ya la tristeza estaba congelando mi corazón, se abrió tantito la puerta y no pude evitar escapar. Y cuando me preguntaron porque… sólo pude responder: "Hoy es un buen día para irse".
Y ahora en casa pienso un poco, es tan sencillo llenarse de felicidad espontánea al hacer lo que a uno le gusta, que pensé: "pues si lo mío es ser maestra y escribir, no deberé desistir porque si Omar sigue de terco con sus sueños, si Pablo sigue haciendo cine y Elyn sigue tomando fotos… en respeto y solidaridad a los sueños de todos… yo debo… seguir escribiendo".
Y como Capi, espero encontrar ese lugar en el mundo que haga que desee quedarme para no volver a escapar.
*Un nano es un perro...esa es una pequeña jintajafora de la vida real
**Foto cortesía de Kallyn que le toma fotos a Elyn cuando toma fotos.
***Video cortesía de Pablo Olmos que hace cine...
Etiquetas: Jinta de metáfora